Santa Teresa una historia con un alma del purgatorio



Hablando de la fundación del convento de Valladolid dice así: “Tratando conmigo un caballero principal, me dijo que si quería hacer un monasterio en Valladolid, que él daría una casa que tenía con una huerta muy buena. A los dos meses, poco más o menos, le dio un mal tan acelerado que le quitó el habla y no se pudo bien confesar aunque tuvo muchas señales de pedir perdón al Señor Muy en breve murió y díjome el Señor que había estado su salvación en harta aventura y que había tenido misericordia de él por aquel servicio que había hecho a su Madre en aquella casa que había dado para hacer un monasterio de su Orden y que no saldría del purgatorio hasta la primera misa que allí se dijese, que entonces saldría… Estando un día en oración (en Medina del Campo), me dijo el Señor que me diese prisa, que padecía mucho aquella alma… No se pudo hacer tan presto, pero nos dieron la licencia para decir la misa, adonde teníamos para Iglesia y así nos la dijeron… Viniendo el sacerdote adonde habíamos de comulgar, llegando a recibirle, junto al sacerdote se me presentó el caballero que he dicho, con el rostro resplandeciente y alegre. Me agradeció lo que había hecho por él para que saliese del purgatorio y fuese su alma al cielo… Gran cosa es lo que agrada a nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre y grande es su misericordia”

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