SAN NICOLÁS DE TOLENTINO, Patrono de las almas del purgatorio, la eficacia de la Santa Misa aplicada por los difuntos
Vivió en el siglo XIII, tuvo una experiencia mística que lo
hizo patrono de las almas del purgatorio. Un sábado en la noche,
después de prolongada oración, estaba en su lecho, queriendo dormirse,
cuando escuchó una voz lastimera que le decía: “Nicolás, Nicolás,
mírame si todavía me reconoces. Yo soy tu hermano y compañero Fray
Peregrino. Hace largo tiempo que sufro grandes penas en el purgatorio.
Por eso, te pido que ofrezcas mañana por mí la santa misa para yerme
por fin libre y volar a los cielos… Ven conmigo y mira”. El santo lo
siguió y vio una llanura inmensa cubierta de innumerables almas, entre
los torbellinos de purificadoras llamas, que le tendían sus manos,
llamándolo por su nombre y le pedían ayuda.
Conmocionado
por esta visión, Nicolás la refirió al Superior que le dio permiso
para aplicar la misa durante varios días por las almas del purgatorio. A
los siete días, se le apareció de nuevo Fray Peregrino, ahora
resplandeciente y glorioso, con otras almas para agradecerle y
demostrarle la eficacia de sus súplicas. De aquí tiene su origen la
devoción del septenario de San Nicolás en favor de las almas del
purgatorio, es decir, mandar celebrar siete días seguidos la misa por
las almas del purgatorio.
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